El mantenimiento de una casa no debe verse como un gasto, sino como una inversión. Un chequeo mensual permite detectar problemas antes de que se agraven, evitando reparaciones costosas y garantizando la seguridad de quienes la habitan. Algunos puntos clave a revisar incluyen:
• Instalaciones eléctricas y plomería: Una fuga de agua o un corto circuito pueden generar daños mayores si no se atienden a tiempo.
• Impermeabilización y sellado de ventanas: Prevenir filtraciones protege la estructura de la casa y mantiene un ambiente saludable.
• Aires acondicionados y sistemas de ventilación: Un mantenimiento adecuado prolonga su vida útil y evita altos consumos de energía.

Realizar inspecciones regulares no solo ahorra dinero a largo plazo, sino que también asegura que el hogar sea un espacio funcional y seguro.